9.8.11

Entro a la habitación y te digo que terminé con lo que tenía que hacer, que puedo volver a la cama. Entredormido, sin entender demasiado y sin demasiado interés por entender, con los ojos cerrados pero con una sonrisa me levantás las sábanas con tu brazo izquierdo, invitándome a acostarme al lado tuyo. Lo hago, de espaldas a vos, e inmediatamente me abrazás. Más que un abrazo es un envolvimiento, inmovilizante, sedante, Y LA CONCHA DE DIOS. ¿Por qué todo es tan difícil? ¿Por qué no puedo empezar a escribir una entrada linda y terminarla? ¿Por qué es un paso para adelante y dos para atrás?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿A vos qué te parece?